jueves, 6 de mayo de 2010

Comenzó el juicio al Verdugo de “La Cueva”



Gregorio Rafael Molina, alias “Charles Bronson” acusado de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, dio una vez más la misma respuesta. Frente a los jueces que comenzaron a juzgarlo ayer en el Tribunal Oral Federal 1, dijo que se negaba a declarar.
Después de más de 33 años, el viejo suboficial de la Fuerza Aérea que cumplió funciones en el centro clandestino de detención (CCD) conocido como La Cueva, se sentó ayer frente a un tribunal para ser juzgado por el asesinato de los abogados Jorge Candeloro y Norberto Centeno; por la privación ilegal de la libertad y los tormentos a 38 personas; y por violaciones reiteradas a dos detenidas desaparecidas.
La primera audiencia del juicio oral y público comenzó con dos horas de atraso. En representación del ministerio público fiscal se encontraba Horacio Azzolín, el fiscal federal general Daniel Adler y el subrogante Juan Portela. Por las querellas Alfredo Josami, Alberto Rodríguez y Sivo. Eduardo San Emeterio, conocido defensor de militares en desgracia, acompañó a Molina.
Durante dos horas se leyeron las imputaciones contra Molina y la querella solicitó se tenga en cuenta nuevas pruebas. El abogado César Sivo solicitó se llame a declarar a tres ex conscriptos de la Base Aérea local que durante el periodo 76-78 vieron partir aviones cargado con prisioneros semidormidos que nunca volvieron, que saben de un militar que mató a un detenido cuando se le escapó un tiro y que tuvieron que servirle la comida a los cautivos. También propuso como nuevos testigos al hermano y una amiga de una detenida desaparecida. Al hijo de Leda Barreiro, madre de Plaza Mayo y sobreviviente de La Cueva y a Martín Fresneda, hijo del abogado Tomás Fresneda y de Mercedes Argarañaz, ambos detenidos durante “La Noche de las Corbatas”.
Como prueba documental solicitó se tenga en cuenta el informe del Nunca Más, una inspección ocular al edificio donde funcionó La Cueva y varios testimonios recolectados durante las audiencias de Juicio por la Verdad.
Por su parte, el defensor de Molina se opuso al requerimiento de la querella y la fiscalía. Desde su visión son pruebas que aportan un marco histórico pero no están dirigidas a aportar datos fehacientes sobre la inocencia o culpabilidad del imputado.
Luego de un cuarto intermedio de dos horas, el tribunal compuesto por Juan Leopoldo Velázquez, Beatriz Torterola, y los conjueces Juan Carlos Paris y Martín Bava decidió incluir la inspección ocular al centro clandestino y el informe del Nunca Más. En cuanto a la inclusión de los nuevos testigos manifestó que se irá analizando la posibilidad durante el desarrollo de las audiencias.
Molina llegó al Tribunal ubicado en la avenida Luro en un colectivo del Servicio Penitenciario Bonaerense. Sin que pudiera ingresar hasta el interior del garaje, el imputado tuvo que caminar unos metros para ingresar al tribunal. El chaleco antibala negro sobre el equipo de gimnasia azul no pudo impedir que escuchara el grito de “asesino”.
Unas 50 personas de distintas organizaciones sociales y políticas cortaron la avenida Luro para manifestar su repudio al suboficial acusado de crímenes de lesa humanidad.
Martín Fresneda hijo de uno de los abogados desaparecido durante La Noche de las Corbatas y víctima de Molina, llegó desde Córdoba para la primera audiencia del primer juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en esta ciudad. Ante las cámaras de televisión dijo: “Este es un día histórico, es un punto de inflexión que cambiará la calidad de vida de Mar del Plata”.

Por: Federico Desantolo


"La Cueva"
Centro Clandestino de Detención, Tortura y Muerte

1976 2007

Ubicado sobre la ruta 2, en la base aérea de Mar del Plata funcionó un centro clandestino de detención, tortura y muerte conocido como el "Viejo Radar" o "La cueva". Llevaba ese nombre porque era una construcción subterránea sobre la que se erigía la torre de un viejo radar. La entrada estaba casi al ras del suelo. Los detenidos debían descender varios escalones para llegar hacia su lugar de calvario y cautiverio. "Bajé alrededor de 20 o 30 escalones, oyeron cerrar grandes puertas de hierro, supuse que el lugar estaba bajo tierra; era grande, ya que las voces retumbaban y los aviones carreteaban por encima o muy cerca", habían relatado los sobrevivientes.

Según los datos aportados por ex detenidos- desaparecidos, ese campo de concentración habría empezado a funcionar a fines de 1975 y lo habría seguido haciendo hasta 1978. "En 1976 las instalaciones fueron cedidas en préstamo por la Fuerza Aérea, al Ejercito( GADA). Siendo su primer y temido jefe, el entonces Coronel Pedro Barda, secundado por el Jefe de Inteligencia, en aquel entonces, el coronel Manuel Alfredo Arrillaga", el jefe de la fuerza aerea era 1976, comodoro Alejandro Agustoni.


Se calcula que por ese centro clandestino de detención pasaron más de 200 personas. Como sostuvo Bozzi, "La Cueva" integró un circuito de centros clandestinos de detención compuesto por la Base Naval Mar Plata, la Escuela de Suboficiales de Infantería de la Marina, la Prefectura Naval Argentina, el Cuartel de Bomberos, la Comisaría Cuarta de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, el Destacamento 9 de Julio y el Destacamento Batán de la misma fuerza, la Unidad Regional IV de Policía, y la Brigada de Investigaciones y delegación local de la Policía Federal, entre otros.

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